La comunicación empresarial está viviendo su época dorada. La figura del director de comunicación ha pasado de ocupar un papel secundario a asumir cada vez más funciones y a convertirse, en muchas ocasiones, en la mano derecha de los presidentes y consejeros delegados de las grandes corporaciones.
Existen diferentes factores que apuntan en una sola dirección. La evolución que ha experimentado este sector dentro de las organizaciones, así como la creciente aparición de agencias y consultoras especializadas en estos servicios, confirman que la forma de comunicar y relacionarse de las empresas con sus distintos públicos resulta fundamental para su desarrollo. Un estudio de la Asociación de Directivos de Comunicación (Dircom) asegura que el 78% de las empresas dispone de un departamento de comunicación. Las empresas se han dado cuenta de que en un entorno empresarial tan competitivo puede suponer una gran ventaja y es por este motivo que el sector ha experimentado un crecimiento, tanto en el interior de las compañías como a través de proveedores externos como agencias y consultoras de comunicación, unos aliados importantes para los directivos de este ámbito.
Y es que, con el tiempo, las funciones y responsabilidades del director de comunicación han aumentado y actualmente no solo atienden a las consultas de los medios de comunicación. Esto hace que las habilidades del director de comunicación vayan más allá de saber organizar una rueda de prensa o saber redactar un comunicado. También es necesario que sepa anticiparse, que tenga visión empresarial y estratégica y que pueda asesorar a toda la organización. Entre las nuevas funciones que desarrollan los directores de comunicación encontramos la gestión de la marca, la organización de eventos, el marketing o las acciones con los trabajadores. En este sentido, han tenido que pasar muchos años para que toda la organización empresarial acepte y asuma la presencia del departamento de comunicación y entienda que su trabajo forma parte de la estrategia de la empresa.